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Historia de Rincón de la Victoria

Diputación de Málaga
Casa fuerte Bezmiliana. Rincón de la Victoria (4)

Historia de Rincón de la Victoria

El pueblo de Rincón de la Victoria está asentado sobre lo que en el siglo doce fue Bezmiliana. Con el inicio de la conquista de los Reyes Católicos, y tal y como ocurrió prácticamente en toda la zona, se despobló de musulmanes, circunstancia que se mantuvo hasta 1492, año en el que se acordó traer al pueblo a los vecinos de otros lugares a los que, en compensación, se les otorgó carta de propiedad sobre las casas, tierras y heredades.
A mediados del siglo dieciséis la costa malagueña estaba en decadencia demográfica, por lo que Bezmiliana también queda despoblada de nuevo, entre otros motivos por la despreocupación del alcalde en cuanto a la defensa del poblado, que ya se había extinguido totalmente antes de la sublevación morisca de 1569.
Es en el siglo diecinueve cuando, de nuevo, se empiezan a crear pequeñas fincas y ventas en la zona que será citada bajo el común nombre de Bezmiliana. A principios de esta centuria existe ya poblado y un nuevo nombre, Rincón de la Victoria, que al parecer procede del monasterio de la Victoria que tenía tierras y casas en el lugar.
La proximidad a Málaga capital sitúa a este municipio a medio camino entre la urbe y el apacible interior axárquico, lo que posibilita el poder ofertar tipos de turismo alternativos al de sol y playa. La esencia de pueblo del interior axarqueño la mantienen en Benagalbón, núcleo del interior del Rincón de la Victoria. Pero hay otros dos núcleos poblacionales más: La Torre de Benagalbón y La Cala del Moral, ambos ya junto al litoral. Es, por tanto, la costa la que ofrece más posibilidades para el desarrollo económico del municipio: hoteles, urbanizaciones, nuevas construcciones, campo de golf, y el turismo, su mayor fuente de riqueza. Además, es este municipio la puerta de entrada a la Axarquía por la autovía A 92 desde Málaga lo que supone que es el inicio de diversas y variadas rutas turísticas.
Por otro lado también se apuesta por una interesante oferta cultural, como así lo demuestra el mantener museos como el de Artes Populares de Benagalbón o la Cueva del Tesoro, con su medio kilómetro de salas y galerías. Todo ello sin olvidar las típicas tradiciones populares como la procesión de la Virgen del Carmen, la concentración de coches de época o el certamen de verdiales. Como monumento más importante del municipio tenemos la Casa-Fuerte de Bezmiliana, del siglo dieciocho que, restaurada, se ha convertido en referente cultural para la celebración de muchísimas actividades que se desarrollan ya no sólo en el municipio sino también en la provincia.
La riqueza local proviene, como antes decíamos, fundamentalmente del turismo. Pero también la construcción y la industria (cerámica, vidrio y cemento) tienen un gran peso cuantitativo. La agricultura se mantienen esencialmente en Benagalbón donde se están fomentando los cultivos de subtropicales, aunque sigue habiendo olivos, almendros y vides. Y en la zona costera, la pesca, como no podía ser menos en un pueblo tan malagueño y mediterráneo que no olvida sus raíces.
 

 

El pueblo de Rincón de la Victoria está asentado sobre lo que en el siglo doce fue Bezmiliana. Sobre este topónimo se han dado muchas variantes: Bezmiliana, Bismiliana, Mismiliana, Bisillana, Bazilyana o Bezillana; pero en cualquiera de los casos el origen es claramente latino y parece ser que designaría a una de las grandes haciendas que existían en esta zona de la costa durante la época imperial.

Sin embargo es difícil probar la existencia de un poblado. Pero lo que no admite dudas es que, a partir del siglo tercero, dominó el lugar una fortaleza romana, tal vez como defensa frente a las incursiones piratas. También se han encontrado restos de cerámica del período bizantino, lo que hace presumir la continuidad del recinto fortificado hasta la llegada de los musulmanes.

Las primeras noticias que se tienen proceden de El Idrisi, en el siglo doce. Con el inicio de la conquista de los Reyes Católicos, y tal y como ocurrió prácticamente en toda la zona, se despobló de musulmanes, circunstancia que se mantuvo hasta 1492 año en el que se acordó traer al pueblo a los vecinos de otros lugares a los que, en compensación, se les otorgó carta de propiedad sobre las casas, tierras y heredades.

A mediados del siglo dieciséis la costa malagueña estaba en decadencia demográfica, por lo que Bezmiliana también queda despoblada de nuevo, entre otros motivos por la despreocupación del alcalde en cuanto a la defensa del poblado, que ya se había extinguido totalmente antes de la sublevación morisca de 1569.

Es en el siglo diecinueve cuando, de nuevo, se empiezan a crear pequeñas fincas y ventas en la zona que será citada bajo el común nombre de Bezmiliana. A principios de esta centuria existe ya poblado y un nuevo nombre, Rincón de la Victoria, que al parecer procede del monasterio de la Victoria que tenía tierras y casas en el lugar.

La proximidad a Málaga capital sitúa a este municipio a medio camino entre la urbe y el apacible interior axárquico, lo que posibilita el poder ofertar tipos de turismo alternativos al de sol y playa. La esencia de pueblo del interior axarqueño la mantienen en Benagalbón, núcleo del interior del Rincón de la Victoria. Pero hay otros dos núcleos poblacionales más: La Torre de Benagalbón y La Cala del Moral, ambos ya junto al litoral. Es, por tanto, la costa la que ofrece más posibilidades para el desarrollo económico del municipio: hoteles, urbanizaciones, nuevas construcciones, campo de golf, ... y el turismo su mayor fuente de riqueza. Además, es este municipio la puerta de entrada a la Axarquía por la A-92 desde Málaga lo que supone que es el inicio de diversas y variadas rutas turísticas.

Por otro lado también se apuesta por una interesante oferta cultural, como así lo demuestra el mantener museos como el de Artes Populares de Benagalbón o la Cueva del Tesoro, con su medio kilómetro de salas y galerías. Todo ello sin olvidar las típicas tradiciones populares como la procesión de la Virgen del Carmen, la concentración de coches de época o el certamen de verdiales. Como monumento más importante del municipio tenemos la Casa-Fuerte de Bezmiliana, del siglo dieciocho que, restaurada, se ha convertido en referente cultural para la celebración de muchísimas actividades que se desarrollan ya no sólo en el municipio sino también en la provincia.

La riqueza local proviene, como antes decíamos, fundamentalmente del turismo. Pero también la construcción y la industria (cerámica, vidrio y cemento) tienen un gran peso cuantitativo. La agricultura se mantienen esencialmente en Benagalbón donde se están fomentando los cultivos de subtropicales, aunque sigue habiendo olivos, almendros y vides. Y en la zona costera, la pesca, como no podía ser menos en un pueblo tan malagueño y mediterráneo que no olvida sus raíces.